Kazuma acude a un local en el que contrata a las súcubos para que esa noche le hagan tener un maravilloso sueño erótico a su gusto.

La aparición de Destructor, la fortaleza antigua fuera de control, amenaza la ciudad. El equipo de Kazuma trazará un plan para intentar detenerla, pero las esperanzas son pocas y la dificultad, mucha.

Kazuma es acusado de subversión contra el estado por el incidente de la coronatita y quieren encarcelarlo y juzgarlo. Por suerte para él, tiene a Aqua, Darkness y Megumin de su lado... Perdón, ¿dije "suerte"? Quería decir "desgracia".

Kazuma recibe información de un nuevo pasadizo descubierto en un calabozo para novatos cercano, así que decide adentrarse en él con la esperanza de encontrar los tesoros que allí queden. Como Megumin sería inútil allí dentro, lo acompaña Aqua.

Kazuma ha decidido dedicarse a los negocios y olvidar su vida de aventurero tras su última muerte, así que para recuperarse optan viajar a unas aguas termales.

En su afán por salvar las aguas termales de la ciudad descubren a un sospechoso que parece ser el responsable de la contaminación, ¡y resulta ser un viejo conocido de Wiz!

El grupo de aventureros continúa su viaje y encuentra en el camino a una pobre criatura desvalida a la que querrán ayudar. Aunque sufrirán algunos problemas, una noticia hará que piensen que llegó su momento.

El grupo protagonista se propone derrotar a la hidra del lago, pero es demasiado fuerte para ellos y deciden retirarse. Sin embargo, Darkness parece obsesionada con derrotar a la criatura...

Tras recibir una inesperada y enigmática carta de Darkness, Kazuma, Megumin y Aqua parten a la residencia de los Dustiness para obtener algunas respuestas.

Corriendo el riesgo de ser ejecutados, Kazuma y Aqua consiguieron infiltrarse en la boda para impedir que Darkness se case con el ruin de Aldarp.