Cuando los estirados vecinos nuevos protestan por la pila de huesos que les tapa las vistas, los Crood empiezan la primera guerra de inocentadas de la historia.

A todos les encanta el teatro de sombras de Thunk, la primera película de todos los tiempos... hasta que ven el final de la función.

Eep invita a sus amigas a la primera fiesta de pijamas de la historia.

Gracias a la invasión de unos animales chiflados, Thunk será el héroe del día.

Desde que han probado el azúcar, los Crood no pueden parar de comerlo.

Thunk finge ser algo que no es.

Los Crood tienen que domar a la salvaje Sandy para que no la destierren.

Grug intenta aprender una destreza de cazador que requiere más maña que fuerza.

Cuando los adultos prohíben bailar, los adolescentes montan una discoteca clandestina.

Eep sale de noche en busca de una yegua muy esquiva, pero solo encuentra lunáticos.

Los Crood ayudan a su vecino Snoot a recuperar el amor de su mujer.

Eep y Thunk encuentran un tesoro y se hacen ricos... y desconfiados.

Para descansar un poco, Grug le pide a su doble que haga sus tareas.

Mientras Grug se estrena como el líder del Valle ¡Aaah!, la nueva mascota de la familia pone celosa a Sandy.

Todo el mundo evacúa el valle después de una invasión, excepto Bulk, y su rescate se convierte en una competición entre Grug y Snoot.

Grug inventa un deporte con el que espera ganarse un hueco en el Muro de la Fama.

Eep, convaleciente tras sufrir una lesión, es testigo de un encuentro sospechoso.

Grug es encarcelado por un crimen que no ha cometido y debe escapar para limpiar su nombre.

Los Croods, acusados de haber robado los víveres del valle, tienen la oportunidad de demostrar su inocencia.

Grug siente que ya no le respetan en el valle y le encarga a Thunk que interprete su vida.

Ugga trata de deshacerse de Snoot, un vecino muy molesto.

Un asteroide se acerca al valle a toda pastilla y sus habitantes tienen que planear una huida inmediata. Sin embargo, Grug está convencido de que no todo está perdido.