Don Pietro está a punto de morir y todos saben que ha sido Ciro. Malamo y Genny se culpan el uno al otro, pero deben unirse para encontrar al Inmortal y vengar la muerte de su jefe.

Un año después Genny está en Roma con su familia gestionando el poder de su suegro que aun sigue en la cárcel.

Scianel sale de la cárcel. Genny sabe que debe verse con ella para llegar a un acuerdo y le pide ayuda a Patrizia.

Ciro ha empezado una nueva vida en Bulgaria, donde se ha convertido en la mano derecha de un narcotraficante, Valentin.

Enzo y sus socios roban para hacer contrabando y conseguir el dinero que necesitan. Ciro se queda impresionado con el carisma y la valentía del chico y le ayuda a meterse en el negocio del tráfico de drogas.

Gracias al dinero de la venta de droga, Genny mete unas compañías en el sistema. Quien quiera trabajar para ellas deberá pagar y los que no estén de acuerdo tendrán problemas.

Gracias a las sugerencias de Ciro y a los contactos de Valerio, un joven de la alta sociedad de Nápoles, Enzo y sus socios crean nuevos canales para llevar la droga a Nápoles.

Alguien ataca a Enzo y a sus socios. Ciro le dice que debe pensárselo dos veces antes de responder. Un contraataque debe ser planeado cuidadosamente para poder aprovecharse de la debilidad del enemigo.

Los confederados mueven ficha. Es entonces cuando Genny tiene que demostrar cuán alto es el precio que está dispuesto a pagar y utiliza a Patrizia para que ejerza de intermediaria con ellos. Genny no cuenta con muchas opciones a la hora de enfrentarse con el enemigo, de hecho, su táctica parece estar próxima a la rendición. Al mismo tiempo, Patrizia también funciona como intermediaria para Scianel.

Azzurra y Pietrino están vigilados por los confederados. Genny debe trazar un plan secreto para salvarlos.

Ciro, Genny y Enzo llegan a un acuerdo con los confederados y se quedan con parte de los territorios del centro de Nápoles. Mientras cierran el trato alguien conspira contra ellos.