Motivado por el riesgo en el que vive la estación Espacio profundo 9, el negocio va muy mal en el bar de Quark, que apenas tiene clientes. Un solitario klingon realiza más gasto del que puede permitirse, y cuando Quark se acerca para reclamarle el dinero, éste se suicida tras amenazar al ferengi con un cuchillo. La repentina aparición de una multitud interesada en lo sucedido hace que Quark vea un posible renacimiento de su local explicando que él mismo mató al klingon en autodefensa.

Grilka, una mujer klingon que estuvo casada con Quark en un matrimonio de conveniencia, llega a Espacio profundo 9. Worf se siente humillado cuando, tras enamorarse de ella solo verla, observa como ésta besa a Quark. Cuando pretende cortejarla, su acompañante le rechaza asegurando que hasta que Worf no recupere su honor entre los klingons, Grilka nunca estará con él.