La llegada de María, la nueva limpiadora, al internado La Laguna Negra, tras haberse escapado de un psiquiátrico trastornará la apacible vida de Héctor, el carismático director del colegio, que forma pareja, hasta entonces perfecta, con Elsa, la estricta jefa de estudios. Entre ellos se irá produciendo un acercamiento que Elsa intentará evitar. María no es la única que huye de un doloroso pasado. Marcos y Paula, tras la desaparición de sus padres, son acogidos en el colegio bajo el tutelaje de Héctor, a partir de ahora, su única familia.

María trata por todos los medios de conseguir las fichas médicas de los alumnos del internado, su hijo tiene un grupo sanguíneo muy raro y los historiales despejarían todas las dudas. Sin embargo, algo va a cruzarse en su camino: la policía ha llegado a La Laguna Negra preguntando por ella y Jacinta, que se ha enterado de que se escapó de un psiquiátrico, le pide que se marche definitivamente del internado a cambio de no denunciarla.

Iván, Cayetano y Roque siguen haciendo de las suyas a Marcos, que harto de su actitud acaba enzarzándose en una pelea con sus compañeros. María les separa pero los chicos, que no quieren dejarse amedrentar por la nueva limpiadora, deciden vengarse.

Victoria y Carolina están preocupadas por la extraña desaparición de Alfonso y deciden emprender sus propias investigaciones. Encuentran en el ordenador del profesor un correo electrónico que puede darles alguna pista pero parece que alguien, enterado de sus movimientos, se les ha adelantado y ha borrado la información. Mientras tanto Alfonso, herido, lucha por salir de la cripta en la que está atrapado.

Marcos descubre una entrada secreta en el armario de Alfonso que les conduce al desván. Allí los chicos hacen un macabro hallazgo unos ojos conservados en formol. Además encuentan información, fotos y viejos periódicos que les permiten atar cabos y reafirmarse en su idea de que algo malo le ha pasado a su viejo profesor.

Héctor está convencido de su decisión de casarse con Elsa e intenta hacer planes románticos con ella, pero los deberes propios de su cargo de director le absorben y no se da cuenta de que desatiende su relación. Una de las cosas que más distraído le tiene es el regalo de cumpleaños de Jacinta. Quiere acertar, por una vez, con el regalo de la gobernanta y para ello pide ayuda a María. También está preocupado por la pequeña Paula.

María trata de ganarse el afecto de Iván, su hijo, pero éste la desprecia y le hace ver que para él es sólo la chacha que le trae el desayuno y le hace la cama. Jacinta parece muy implicada en el caso de María, una historia que le ha hecho recordar su propio drama con su hija, Verónica.

Carolina se hace pasar por Alfonso y manda un correo electrónico a Ricardo Montoya, con el que queda en el cementerio. El periodista explica a los chicos la desaparición, en los años 70, de los cinco pequeños huérfanos y les advierte del enorme peligro que corren si continúan con la investigación. Insiste en que no deben confiar en nadie, ni dentro ni fuera del internado, pero los chicos ya están demasiado implicados en el misterio como para dejarlo ahora. Marcos está preocupado por su hermana, demasiado volcada en su mundo de fantasía.

Héctor descubre en la laguna el cadáver despedazado del periodista Ricardo Montoya. Los chicos, tras recuperarse del shock inicial, se dan cuenta de que han perdido la única prueba que tenían de la muerte de los cinco huérfanos. Cuando vuelven al pozo para tratar de encontrar alguna prueba más, verán cómo unos obreros están cerrando definitivamente la entrada. Son, según les dicen, órdenes de la dirección del colegio. A partir de ese momento comienzan a sucederse los accidentes en La Laguna Negra y los muchachos comprenderán que el peligro del que tanto les han advertido, es real. Jacinta está deprimida. Como siempre, el cartero le trae de vuelta las cartas que envía a su hija Verónica.

Cayetano, Roque, Victoria y Carolina están encerrados en el pasadizo. La puerta por la que entraron se ha cerrado así que no les queda más remedio que adentrarse en los laberintos sin Marcos e Iván, los cuales se han quedado atrapados en el cuarto de Alfonso. En su recorrido por los pasadizos pronto se dan cuenta de que están atrapados, alguien avanza hacía ellos con una linterna, pero algo mucho peor les pisa los talones.

Ante la ausencia de Jacinta, María decide asumir las funciones de la gobernanta. La limpiadora está abrumada con la preparación de la fiesta de Santa Isabel, una tradicional cena del colegio donde alumnos y todo el personal comparten mesa. Mientras todos esperan impacientes la hora de la cena, la pequeña Paula sólo tiene una cosa en la cabeza ayudar a su amigo el gnomo que está gravemente herido.

Fermín trata de impresionar a María organizando una cita romántica pero no le cuesta mucho darse cuenta de que si María se arregla tanto últimamente no es por él. Sin embargo, Fermín no es el único en tener un desengaño amoroso, también Iván siente cómo poco a poco Carolina se aparta de su lado y Elsa está comprobando cómo se aleja cada vez más el amor de su vida.

En apenas unos días, Héctor ha tenido que hacer frente a los momentos más duros de su vida: han encontrado el cadáver de uno de los chicos del internado y puede que pronto encuentren otro cuerpo, ya que uno de los muchachos sigue sin aparecer. El director se siente profundamente responsable, no sólo por el cargo que ocupa, sino porque son chicos a los que ha visto crecer. Elsa ha tomado una decisión sobre su embarazo: va a tener el niño cuente o no con el apoyo de Héctor, que tratará de asumir con responsabilidad su futura paternidad. Sin embargo, en todo este asunto hay una persona más con derecho a opinar: Pedro, que quiere saber si el hijo que espera puede ser suyo.

Un nuevo profesor de matemáticas ha llegado a la Laguna Negra. Se trata de Mateo, que no ha empezado con demasiado uen pie en el internado. Mientras trataba de averiguar el camino hacia el colegio, Mateo choca contra Amelia y la profesora decide vengarse a su manera por el incidente.

Uno de los alumnos se ha ido para siempre pero, minutos antes de su muerte, quiso dejar una pista para que sus compañeros siguieran la búsqueda. En su teléfono móvil grabó la clave para comprenderlo todo. Es un nombre: Irene. Pero Iván no quiere seguir con la investigación, está convencido de que si no hubiesen metido las narices donde nadie les llamaba el alumno seguiría con vida. No puede confiar en nadie, ni sus amigos, ni en Carol y mucho menos en su padre.

Héctor cree que con su dimisión ha evitado la expulsión de los chicos y, por eso, le parece bien que Elsa sea su sustituta y ocupe su puesto. Lo que no sabe el ya ex-director es que los padres han puesto a Elsa una condición para aceptar el cargo y es, precisamente, que expulse a los chicos. Mientras Héctor trata de solucionar este asunto, Fermín tiene una preocupación más inmediata: deshacerse del cadáver de su contacto, que ha aparecido muerto de un disparo en su propio coche.

La hija de Jacinta ha fallecido en un accidente de tráfico pero no todos los ocupantes del coche murieron en ese trágico impacto. Miguel, su nieto, ha sobrevivido y la gobernanta es ahora su familiar más cercano. El pequeño tendrá que irse a La Laguna Negra, para vivir con una abuela a la que ni siquiera conoce. Mientras tanto, Elsa sigue investigando su pasado. Cree que Jacinta puede tener las respuestas a muchas de sus preguntas pero comprende que, con todo lo que ha sucedido, éste no es el momento de interrogar a la gobernanta.

Julia descubre que fue Victoria la que robó el examen y la foto del cuarto de Mateo y no Iván, como todos creen. A Vicky no le queda más remedio que contarle a la nueva sus motivos y juntas investigan si son ciertas sus oscuras sospechas acerca del profesor. En cualquier caso, será el último robo en el cuarto de Mateo, que ha cambiado la cerradura cortando así el acceso de los chicos al desván y a la caja fuerte.

Por fin ha llegado el nuevo contacto de Fermín, pero después de lo ocurrido el cocinero ya no se fía de nadie. No piensa volver a poner su vida en peligro confiando en alguien que no conoce. Realiza todas las pruebas necesarias para asegurarse de que el recién llegado es quién dice ser. No es el único que desconfía de todo y de todos. Con todo lo que está pasando, Marcos cada vez está más preocupado por la seguridad de Paula. Por eso, ha decidido marcharse con su hermana a vivir a otro colegio.

Evelyn está enfadada con Paula. Su amiga se ha empeñado en decir que el gnomo es bueno pero ella cuando le ha visto se ha asustado mucho. Elsa escucha como las pequeñas discuten sobre el encuentro y comprende, por fin, que no es una invención de Paula.

Los chicos ven en el periódico que la jueza Saavedra no se ha presentado a un juicio muy importante que tenía que oficiar. Ha desaparecido para siempre, como las pruebas que guardaban en el desván. Sin embargo, Vicky acaba de recordar que hizo una copia del vídeo de Cayetano en su portátil. Es un respiro para todos los chicos excepto para Carolina, que últimamente es comporta de una manera muy extraña.

Los chicos han decidido abandonar la investigación. Han pasado demasiadas cosas: primero la desaparición de los cinco huérfanos, luego la muerte de Cayetano y la jueza y, ahora, la madre de Carol también puede estar en peligro. Se marcharán con la ruta y ya no volverán más al internado. Todos menos Marcos, claro, obligado a quedarse en La Laguna Negra quiera o no.Paula está muy triste. Su amigo el “gnomo” ya no cuidará nunca más de ella y además Héctor, en el que tanto confiaba, es el culpable de esa situación. Son sus primeras navidades lejos de casa y espera que los reyes magos le traigan lo que pidió: que vuelvan sus papás. Elsa se recupera de los golpes que sufrió en la cueva del gnomo aunque tiene heridas que ya no van a cicatrizar nunca. Para asegurarse de que todo va bien el doctor Martín está haciendo más pruebas, algo que a Elsa no le hace demasiada gracia.

Paula está asustada y tiene vagos recuerdos de lo que le han hecho durante la noche. Recuerda al cirujano y a la enfermera, puede ver en su mente las jeringuillas, pero todo el mundo trata de convencerla de que sólo ha sido una pesadilla. La pequeña está segura de que es demasiado real como para ser “sólo un sueño”. Por su parte, Julia ya sabe con certeza que lo que ven sus ojos no es real. Sabe que el chico que ve por los pasillos es Cayetano y que el amigo de Roque murió en el bosque hace meses. Jacinta necesita dinero y no le va a quedar más remedio que comerse su orgullo y acudir a don Joaquín.