En un caso de violación, la fiscal Novak depende del testimonio de la detective Benson para culpar al agresor. Benson, que en la actualidad sigue infiltrada en el grupo terrorista bajo otra identidad, es detenida durante una manifestación en Oregón tras ser acusada de agredir a un policía local. Tras el asesinato de un empleado de los laboratorios contra los que se manifestaban, el sheriff recurre a Olivia para que investigue el homicidio, a cambio de la retirada de cargo de uno de los miembros de su grupo.

Benson arriesga su carrera para proteger a su hermanastro, pero una investigación en su pasado revela más secretos familiares.

Darius Parker es juzgado por la violación y el asesinato de una mujer y de su hijo de 14 meses.

Tras recibir una paliza, Corrine Nicholson entra en coma. El único testigo del crimen es la hija de su marido, Katie, una niña discapacitada mental. Los detectives trabajan con ella para intentar averiguar qué ocurrió realmente y así evitar que testifique.

Benson y Stabler coinciden con el agente Porter durante la investigación del asesinato y violación de una joven y su pareja, relacionados con un cártel de la droga. La cortesía de los inspectores se acaba cuando Porter usa su jurisdicción para apartarles del caso.