Cuando dos grandes explosiones arrasan discotecas abarrotadas en Bali, muchas personas mueren y muchas más resultan heridas. Los voluntarios y los socorristas sacan desesperadamente a los heridos y los llevan a los hospitales locales, donde el personal médico está desbordado.

Un equipo de la Policía Federal Australiana es enviado a Bali para trabajar con la policía indonesia, y queda claro que las explosiones fueron un acto coordinado de terrorismo. Los supervivientes heridos son evacuados a hospitales de toda Australia.

Investigadores australianos e indonesios trabajan juntos para localizar a los autores de los atentados de Bali, mientras los supervivientes heridos y sus seres queridos intentan recomponer sus vidas destrozadas.

Mientras algunos de los autores de los atentados son juzgados, los investigadores buscan al escurridizo cerebro que continúa con su racha de atentados por toda Indonesia. Los supervivientes heridos se buscan unos a otros para curarse emocionalmente e intentan aceptar sus nuevas vidas.