Sharon demuestra su lealtad a los humanos cuando un virus informático infecta los sistemas de la Galactica.

Un Raider llamado Scar pone en peligro una explotación minera necesaria para reabastecer la flota.

Adama cede el mando de la Pegasus a un ingeniero de la misma nave, que demuestra que no está preparado para el mando.

Los colonos sobreviven en la Nueva Caprica ocupada por los Cylon, que los mantienen en una seminormalidad pero bajo libertad vigilada.

Se celebra un torneo de combate "sin rangos" a bordo de la Galactica para calmar las tensiones entre los que se quedaron en Nueva Caprica y los que huyeron en la Galactica, Kara y Lee tienen la oportunidad de enfrentarse y reconciliarse.