Después de presenciar un accidente, Andrea y Michonne conocen a una nueva comunidad de supervivientes que a lo mejor no son tan amables como parecen.

Rick intenta superar su última pérdida. Michonne sigue sospechando del Gobernador cuando este da una fiesta con una sorpresa muy especial.

El Gobernador muestra sus verdaderas intenciones mientras presiona para obtener información. Un nuevo huésped siembra cizaña en la cárcel.

El grupo de la prisión decide que tienen que defenderse ellos solos cuando la gente de Woodbury se ve arrojada a un territorio desconocido.

Rick intenta rescatar a un miembro del grupo. Woodbury se queda hecho un desastre después del último ataque. Los nuevos huéspedes de la prisión plantean problemas.

Mientras el grupo estudia el siguiente paso que van a dar, Rick busca a un amigo. El Gobernador intenta restaurar el orden en Woodbury.

Su seguridad se ve amenazada, Rick y el grupo deben tomar una decisión. Andrea coge las riendas porque Woodbury se ha vuelto un estado policial.

A fin de evitar más muertes, Rick y el Gobernador deciden reunirse y dialogar sobre la posibilidad de un tratado de paz.

El Gobernador persigue a un desertor que huyó de Woodbury. Aprovechando la ausencia del Gobernador, un traidor intenta sabotear sus próximos planes.

Rick y el grupo se enfrentan a un grave problema: si quieren una tregua con el Gobernador, tendrán que hacer un sacrificio enorme.

Rick y el grupo se plantean seriamente si vale la pena defender la prisión. El ataque del Gobernador es inminente.

Un flashback muestra cómo encontró el Gobernador el piso de las hermanas Lilly y Tara, su padre discapacitado y Meghan, la hija de Lilly.

Martínez rescata a Meghan y al Gobernador de la fosa y los invita a su campamento, siempre y cuando lo reconozcan como el líder.