Pablo Chiapella se aventura en un proyecto personal y, junto a un equipo de cámaras, nos adentra en su nueva casa para presentarnos a los miembros de su familia. Su hermano recién aterrizado de Tailandia, su suegra ‘yayolescente’ recién instalada con ellos… El temor de Pablo por esta aventura empezará a cobrar sentido.

Pablo descubre una cuenta fake que suplanta su identidad. Lo que tardará más en descubrir, junto con Natalia, es dónde se encuentra el resto de la familia. Cada uno se ha montado su propio escondrijo particular en casa. Al parecer, que el wifi llegue a todos los rincones no es una casualidad.

Pablo ha perdido una oportunidad con Ålex de la Iglesia por culpa de la cuenta fake. Y también, la ilusión por este capítulo. Toda la familia le ha dejado tirado y se ha olvidado del videoclip que tenían que hacer juntos. Las locuras de cada uno les han llevado muy lejos, literalmente. ¿Habrá algo que todavía les une?

Mientras los castings online de Rubén entretienen a toda la familia, Pablo y Natalia deciden irse de fin de semana romántico y dejar la casa en manos de Carlos. O eso creen. Lo que parece una simple travesura de María termina sorprendiéndoles a todos. ¿Les tocará aplicar a alguien el pin parental?

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