Shark es invitado a una fiesta organizada por su mejor amigo en el ático de un hotel. En una de sus habitaciones encuentra el cuerpo de una joven. Su amigo Chambers le explica que no ha tenido nada que ver con la muerte.El fiscal borra las huellas de su amigo y tratan de ocultar lo ocurrido. El primer sospechoso es Ben Melvin, un artista conocido por su afición al éxtasis y la ketamina. Este planteamiento pierde fuerza cuando Shark descubre pruebas que incriminan a Chambers y a su socio Stafford. El revés le llegará al fiscal con un vídeo que le sitúa en la escena del crimen.

Mientras Shark y Raina están en medio de un juicio en el que se juzga a un asesino múltiple apodado Masters, otro detenido acusado de robar en un supermercado entra en la sala y toma a varios rehenes que no consiguen escapar a tiempo. Stanley, el acusado, pide a la policía que se borre su expediente y le dejen libre de cargos afirmando que no tuvo nada que ver en aquel robo. El equipo del fiscal trabaja rápidamente para descubrir qué ocurrió exactamente en el supermercado. El caso se complica cuando la única testigo es hallada muerta y Stanley le quita a Masters las esposas.

El encargado de un centro de acogida para mujeres es acusado de asesinar a un productor de películas porno. El sospechoso, Brent Gilroy, es presentado por su abogado ante la prensa como un héroe que ha acabado con la pesadilla de muchas mujeres.El caso se complica cuando aparece otra implicada, Katie Paget, protagonista de varias cintas que nunca vieron la luz y relacionada sentimentalmente con el acusado. Por otro lado, Shark no da el visto bueno a Megan, la nueva amiga de su hija, después de encontrar marihuana en su habitación. Isaak le confiesa a Raina sus sentimientos.