Mayo de 1945. Después de días de violentos combates, las tropas soviéticas entran en un Berlín devastado. Pero, ¿cómo se llegó a esto? 1939. La invasión alemana y soviética de Polonia aplasta las últimas esperanzas de una resolución pacífica de las tensiones políticas. Gran Bretaña y Francia no tienen más remedio que declarar la guerra a Hitler. Mientras tanto, Hitler hace un plan audaz y temible para la invasión de Francia.

La ofensiva alemana se extiende por toda Europa, mientras que la fascista Italia de Mussolini se une a la guerra junto a sus aliados alemanes.

Cuando Estados Unidos se une a la guerra y comienza a armarse, Hitler ataca a la URSS para completar su dominación de Europa antes de que Estados Unidos pueda intervenir.

A pesar de su resistencia decidida, las fuerzas aliadas no pueden frenar el progreso furioso del ejército japonés a través del sudeste asiático. Incluso la India y Australia están en riesgo.

Los rusos continúan resistiendo en Stalingrado, y el Frente Oriental está paralizado. En el Atlántico norte, los Aliados avanzan en la reducción de la amenaza de los submarinos alemanes.

En 1944, los aliados aterrizan en Italia, pero su avance está bloqueado por la Wehrmacht. Mientras tanto, el Ejército Rojo, continuando su inexorable avance hacia el oeste, finalmente llega a Berlín.