Después de 21 años, un convicto por violación sale de prisión. Cuando una joven es violada en la ruta que el convicto ha utilizado para llegar a su casa las alarmas se disparan y creen que se trata del mismo hombre.

Los inspectores investigan el secuestro de una niña cuando volvía del colegio a su casa. Durante el proceso de búsqueda encuentran una furgoneta con una muestra de sangre de la niña, la forense descubre que la pequeña está enferma de leucemia y que si se somete pronto a tratamiento podrá recuperarse. Stabler sospecha que el secuestrador no es un profesional, se mueve en un perímetro pequeño y que la familia, de posición acomodada, no ha sido elegida al azar.

Una niña es secuestrada cuando estaba a cargo de su canguro. El criminal deja inconscientes a sus víctimas y se hace pasar por policía. Los padres adoptivos acusan al padre biológico del delito, un italiano que acaba de salir de la cárcel.