Sam y Deam no acaban de superar la muerte de su padre, aún así siguen enfrentándose a todo lo sobrenatural que se cruza en su camino.

Sam escapa por su cuenta a Indiana cuando Dean le revela las últimas palabras de su padres antes de morir.

Sam y Dean encuentran una pata de conejo que les da muy buena suerte hasta que un ladrón se la roba y empiezan a pasarles cosas terribles.

Los hermanos capturan a una chica vampiro que no sabe en qué momento se convirtió, lo que les lleva hasta Dixon, un vampiro demasiado generoso.