oan está convencida de haber visto la figura de un hombre mayor tras la ventana de su dormitorio. Sin embargo, le cuesta convencer a sus padres de que el hecho ha sido real y no pura imaginación. Ni siquiera sus dos hermanos le dan demasiada credibilidad a la historia.

Joan continúa tratando de reconocer de forma efectiva cuándo está contactando con Dios y cuándo lo hace con personas normales. Un desconocido le dice que trate de trabajar más en el colegio, por lo que Joan decide apuntarse a una clase de química avanzada.

Con la desaparición de un niño de tres años, el padre de Joan, Will, se ve obligado a trabajar con una vidente llamada Charlotte. Como se da cuenta de que Will no acepta de buena manera su ayuda, Charlotte decide explicarle cómo logró sus poderes.

Al margen de unas cuantas instrucciones un tanto misteriosas, Joan se sorprende a sí misma y al resto de las personas de su entorno, por lo rápido que avanza tras pedirle Dios que construya un barco.

Tras conocer a Clay, su nuevo compañero de clase, Dios le dice a Joan que acuda a un mercadillo. Tras hablar con su madre para conseguir algo para vender, Joan y Luke encuentran en el garaje una serie de retratos un poco deteriorados que, al parecer, son obra de Helen.